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viernes, 19 de julio de 2013

Una erupción de sabor

Si la memoria no nos falla, porque no existen los registros exactos del tema, por allá en 2009, don Andrés llegó a buscar a su fiel escudero Marco Antonio, con un antojo que no era otra cosa que el de un volcán de chocolate. 

Fue entonces cuando el cocinero mayor se dio a la tarea de desarrollar el famoso volcán de chocolate de Andrés, una receta que, como todo nuestro menú, tendría que tener el toque exacto, el visto bueno del dueño del aviso y ese detalle en la presentación que lo hiciera único. 

El buen Marco probó variedad de volcanes, estudió la bibliografía existente en las bibliotecas, dejó que su paladar degustara varias propuestas, le metió la cucharada al tema y al final puso sobre la mesa lo que sería la receta para nuestros comensales. 

Como todo al respecto ya estaba inventado, tendría que hacer que el famoso postre tuviera el toque especial para ser adoptado en el menú de nuestra casa y fue así como, por practicidad al servirlo, decidió no desmoldarlo y, para darle un detalle especial de sabor, le agregó las nueces de macadamia. 

El toque final se lo dio don Andrés con la presentación: un volcán de madera sobre el que se monta el molde y se dejan chorrear deliciosos y provocativos hilos de chocolate tibio. 

Este postre que no tiene origen definido en la historia de la gastronomía; fue patentado en 1980 por Michel Bras y en Andrés Carne de Res es preparado por Jhon García, uno de nuestros cocineros estrella quien, al son de unas tonadas de pop, le da el toque exacto: huevos y azúcar a punto de letra, harina mezclada de forma envolvente para que no se merme la preparación y dos cucharadas de crema de cacao. 

Para nuestro vulcanólogo, Marco Antonio, otra de las diferencias de este volcán es que la preparación se hace con un chocolate tipo chocolatina: “más de nuestra cultura, es algo que nos recuerda la chocolatina que comimos en la infancia, menos amargo, más suave al paladar”. 

La preparación base, que se hace con huevos, yemas, mantequilla, azúcar, chocolate semiamargo, crema de cacao y nueces, es elaborada todos los lunes, para que tenga el tiempo de refrigeración necesaria para llegar al horno, calentarse por 12 minutos aproximadamente y poder hacer erupción en la mesa. 

El secreto del postre, dice nuestro vulcanólogo y su asistente estrella, está, sobre todo, en la temperatura con la que se funden el chocolate y la mantequilla, la calidad de los insumos y el tiempo de horneado.

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