Las casas ACR y ADC estuvieron llenas. Hubo lobos, superhéroes, rubias sexys, piratas sin barco, poetas primerizos, enamorados, casados y divorciados. Mujeres solas y hombres solos buscando compañía unos con otros; jovencitas coquetas y muchachitos apuestos, personajes de las tiras cómicas, disfraces traídos y llevados de los cabellos. El color se apoderó de los femeniles y varoniles cuerpos llenándolos de detalles, falsas heridas y expresiones de todo tipo.
Las actrices y los actores de CarnevalTeatrocirco estuvieron llamativamente decorados con voluptuosos senos, inmensos falos y amplias vulvas. Sin duda la lujuria, el erotismo y la sensualidad fue un aroma que se esparció por toda la casa dejando en las mentes de propios y visitantes una fiesta para recordar.
El mismo Andrés Jaramillo fue anfitrión de la noche en su espacio de la pista pequeña donde se ubicó con un micrófono para dar la bienvenida y otorgar premios a los asistentes mejor disfrazados, tanto individual como en grupos.
En las cocinas, los comedores, la bodega, la parrilla, la música, los brigadas, servicios generales y por extensión todos los tripulantes que asistieron, llevaron en su rostro o en su vestimenta, el ambiente festivo y alegre de la noche que decoraron con lo mejor de sí mismos: su sonrisa y acogida.
Las meseras y brigadas divinas y hermosas, ángeles, diablas, presas, doncellas, perezosas, ninfas, meseros y brigadas simpáticos y apuestos, diablos centauros, muertos, zombies. Fue un goce que duró hasta la madrugada y en que hubo cientos de fotografías y miles de sonrisas.
Un enorme Gracias a toda los tripulantes que hicieron posible esta celebración.
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